Cistitis: Un mal que aqueja a mujeres en verano
En la temporada de calor las infecciones vaginales suelen aumentar y, también las infecciones urinarias, sobre todo la cistitis y, aunque no se trate de una dolencia exclusiva de las mujeres, son ellas las más afectadas.
El usar ropa ajustada; los jabones perfumados; tener la ropa de baño mojada durante varias horas, son factores que favorecen la aparición de la cistitis en verano. Además, se le suma el aumento de las relaciones sexuales en estos meses, debido a que, un 80% de mujeres sufre de cistitis postcoital, sin embargo, se debe recalcar que no esta no es una enfermedad de transmisión sexual.
Se puede reconocer la cistitis mediante sus síntomas más frecuentes, como el ardor que puede llegar a ser muy doloroso e intenso al orinar, acompañado de escozor, así mismo, dificultad para orinar, aumentando su frecuencia y urgencia aunque en poca cantidad, donde se podría observar algo de sangrado.
¿Qué causa la cistitis?
El Dr. Henry Caytuiro, Ginecobstetra de la Clínica OncoGyn menciona que “La cistitis es una forma de infección urinaria, que afecta a la vejiga, causada por el germen llamado E. coli. Las infecciones urinarias pueden ser catalogadas según el nivel u órgano afectado”.
Anatómicamente el aparato urinario de la mujer es más propenso a sufrir de esta afección, mayormente, la bacteria causante de cistitis es la Escherichia Coli, microorganismo localizado en el intestino, pero que se puede alojar en el perineo – zona que esta entre la vagina y el ano – de donde puede extenderse a la vejiga y adherirse a sus paredes, e inclusive ascender hasta el riñón y hacerse generalizada.
Se considera que alrededor del 20% de mujeres sufrirán de cistitis al menos una vez en su vida y, que muchas serán recurrentes, donde esta infección se presenta de 2 a más veces al año.
Situación donde dos grupos de mujeres son las más propensas, como las que son sexualmente activas; debido a la facilidad del traspaso de las bacterias hacia la vejiga y las mujeres en menopausia, a causa del descenso de estrógenos que debilita el suelo pélvico y a que la flora vaginal no tiene mucha protección, quedando libre a posibles infecciones.
No olvides beber al menos 2 litros de agua y jamás posponer las ganas de orinar.
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