Cáncer de cuello uterino, prevenible y curable con chequeos ginecológicos oportunos
El cáncer de cuello uterino es el que se inicia en el canal cervicouterino, por lo que también se le denomina cáncer de cérvix, es el único cáncer ginecológico que puede prevenirse mediante chequeos ginecológicos de rutina y un seguimiento oportuno, este se puede curar cuando es detectado y tratado en etapas tempranas.
El cáncer de cuello uterino es causado mayormente por el virus del papiloma humano (VPH), que es contagiado por vía sexual. En muchas ocasiones el propio organismo puede combatir la infección por VPH, otros tipos no se podrán erradicar, dando lugar a un cáncer.
Este cáncer en sus inicios no causa síntomas, ya que suelen pasar varios años para que las células del cuello uterino normales se conviertan en cancerosas. Por lo que siempre se recomienda realizarse chequeos preventivos con frecuencia, de esta forma se pueden encontrar cambios tempranos en las células de la cérvix.
Al desarrollarse lentamente, este empieza con cambios precancerosos, conocidos como displasia. La cual es detectada a través de la prueba de Papanicolaou. Si en esta citología vaginal se detecta alguna displasia, se recomienda la realización de una biopsia, así como la tipificación de VPH; de confirmarse esta puede curarse, antes de convertirse en cáncer de cuello uterino.
Factores de riesgo en cáncer de cuello uterino
Algunos factores de riesgo pueden aumentar las probabilidades de sufrir de cáncer de cuello uterino; sin embargo, aunque muchas mujeres las tengan, no es posible señalar que factor de riesgo sea el causante; algunos de estos incluyen:
- Infección por virus del papiloma humano (VPH)
- Fumar
- Sistema inmunológico débil
- Tener VIH
Vacunas para la prevención del cáncer de cuello uterino
La vacuna contra el virus del papiloma humano protege contra los tipos que causan la mayoría de cáncer y lesiones como las verrugas genitales. Como Gardasil 9, que es una vacuna nonavalente, es decir, protege contra nueve tipos de VPH.
Las vacunas son preparadas con partículas similares al virus, por lo que no contienen ADN viral, por tanto no son infectantes, pero si generan inmunidad. Se recomienda su aplicación entre los 9 y 45 años. Su aplicación no es terapéutica en casos de personas infectadas previamente, en otras palabras, no sirve para curar la infección, pero sí podrían protegerte contra otros tipos de VPH.
Es importante realizarse chequeos ginecológicos integrales preventivos de forma rutinaria, a pesar de tener la vacuna.
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