Las infecciones vaginales causan infertilidad ¿Mito o realidad?
Las infecciones vaginales que no lleven un tratamiento adecuado pueden conducir a problemas graves de salud y generar infertilidad.
La vaginosis bacteriana, comúnmente conocida como una infección vaginal que afecta con más frecuencia a mujeres de entre 15 a 44 años. Es una afección muy molesta que de no recibir tratamiento o cuidados íntimos, puede acarrear riesgos más complejos que van hasta el grado de la infertilidad.
Entre los riesgos que la vaginosis bacteriana puede provocar, está el incrementar la probabilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual y provocar partos prematuros y abortos.
Las infecciones vaginales no causan directamente infertilidad, más bien favorecen el ingreso de otros gérmenes, como la clamidia, que sí pueden impedir tener hijos. “Los gérmene ingresan por el cuello uterino, suben al útero y a las trompas pudiendo causar endometritis y enfermedades inflamatorias pélvicas, que inflaman las trompas hasta obstruirlas”.
Otras complicaciones que genera la vaginosis bacteriana son padecer enfermedades inflamatorias pélvicas que provocan dolor en el abdomen bajo, molestia durante las relaciones sexuales, sangrado entre períodos y después del coito. Si no se diagnostica en forma temprana la mujer tiene más posibilidades de quedar infértil.
Esta infección vaginal puede producir secreción gris y poco espesa. Algunas mujeres tienen un fuerte olor a pescado, especialmente después de tener relaciones sexuales, además de ardor y picazón en la parte externa de la vagina.
Prevención es fundamental
Las infecciones vaginales o vaginosis bacteriana incrementa la probabilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual. Esto se debe probablemente a que un cambio en el equilibrio bacteriano dentro de la vagina reduce la protección contra estas enfermedades.
“El tratamiento médico es necesario ante estos casos. El tratamiento va desde la toma de pastillas y aplicación de óvulos y cremas en la zona. Este tratamiento debe ir acompañado de medidas preventivas como tener un aseo adecuado antes y después del coito, tanto en la mujer como en el varón, usar jabones especiales para aseo íntimo femenino que no alteren el Ph vaginal, evitar ropa interior sintética y usar de prendas de algodón, no usar ropa ajustada por mucho tiempo, no usar protectores diarios y tampones de forma frecuente.
Finalmente la fidelidad mutua disminuye el riesgo de padecer esta enfermedad.
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