232015Nov
LACTANCIA MATERNA PROTEGE SALUD DE LA MADRE Y DEL BEBÉ

LACTANCIA MATERNA PROTEGE SALUD DE LA MADRE Y DEL BEBÉ

Niños alimentados con leche materna están menos expuestos a desnutrición, muerte y a enfermedades infecciosas que el niño alimentado en forma artificial.

La lactancia materna, además de generar un vínculo emocional fuerte entre la madre y el hijo, protege la salud de ambos. La madre tendrá menos hemorragias posparto, menor probabilidad de desarrollar cáncer de mamas y de ovario, y la protege contra la osteoporosis. En el hijo, se reducen las posibilidades de sufrir enfermedades respiratorias, desnutrición y otras dolencias, a diferencia de los niños amantados de forma artificial.

“Los niños amamantados tienen menor probabilidad de presentar infecciones respiratorias o urinarias. A largo plazo, presentan una menor frecuencia de desarrollar dermatitis atrófica, algunos tipos de alergia, asma, enfermedades inflamatorias intestinales, obesidad y esclerosis múltiples. En las madres, la lactancia reduce el riesgo de fracturas de columna y de cadera en la postmenopausia. También disminuye la incidencia de cáncer de ovario, de útero y de mama, artritis reumatoide, hipertensión y algunos problemas psicológicos como ansiedad y depresión”, explica la Dra. Cristina Bravo Espinoza, ginecóloga de la Clínica Oncogyn.
Leche materna: protección natural para el niño

La leche materna contiene cerca de un 88% de agua, lo cual aporta la cantidad de líquidos que el niño necesita para satisfacer sus necesidades hídricas, sin necesidad de darle agua. La cantidad de proteínas que posee la leche es de las más bajas en los mamíferos, pero es la adecuada para la función renal del bebé pues son las más digeribles.

Además, la leche materna está compuesta por 200 diferentes ácidos grasos, cantidad que es imposible de alcanzar con una fórmula infantil. También es rica en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, fundamentales para la trasmisión de los impulsos nerviosos y en la maduración de la retina.

En el caso que la madre presente mastitis puerperal, que es una inflamación de las glándulas mamarias que ocurre durante la lactancia materna causada por gérmenes, éstos no pasaran al bebé debido a que la leche materna tiene anticuerpos que lo protegen de posibles infecciones. Además, la acidez del estómago del bebé se encarga de destruir las bacterias y toxinas ingeridas. Por lo tanto, la lactancia materna durante la mastitis puerperal no sólo es permitida, sino también plenamente indicada.

“Si la mujer es portadora de VIH o hepatitis B y algunos casos de Ébola, para ellas está contraindicada la lactancia materna. Salvo esas 3 indicaciones, no hay ninguna otra contraindicación para dar de lactar a sus hijos”, precisa la especialista de Oncogyn.

Finalmente, la Dra. Bravo Espinoza menciona que no existe ningún tipo de alimento en especial, que estimule el aumento o la calidad de la leche materna. Simplemente recomienda que la madre tenga una alimentación balanceada consumiendo vitaminas, proteínas y minerales.

Datos:

– El hierro de la leche humana se absorbe en un 49%, el de la leche de vaca un 10% y el de las fórmulas enriquecidas con hierro solo el 4%.

– La alta concentración de lactosa en la leche humana facilita la absorción de calcio y hierro. Esto promueve la colonización intestinal de flora bacteriana que al mantener un ambiente ácido en el intestino, inhibe el crecimiento de bacterias, hongos y parásitos.



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